“¡Nos entregan a ese tipo o quemamos la estación policial!”, fue la advertencia que hicieron varios ciudadanos --en su mayoría varones y conductores de caponeras-- frente al Distrito VIII de Policía, tras conocer que tenían detenido a Carlos Javier López, de 38 años, alias “El Huele Pega”.
López es el principal sospechoso de haber terminado con la vida del niño de siete años, Josué Bismarck Ramírez Hernández, que desapareció el domingo en la tarde y fue encontrado estrangulado en las primeras horas del lunes.
Se conoció de manera extraoficial que López habita a tres casas de donde vivía la víctima, y hasta estuvo en el velorio. “Ese maldito estuvo en la vela, y con razón a veces se quedaba ‘tieso’, no hablaba, seguramente la conciencia le estaba remordiendo”, dijo una vecina que prefirió no identificarse.
Aparentemente, detectives de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional, durante los allanamientos de ayer encontraron la ropa interior del menor en un ropero del cuarto de López. “Hay suficientes pruebas que lo incriminan, falta por averiguar si actuó solo o en complicidad con otro”, manifestó otra fuente policial.
La noticia de que había un detenido corrió como pólvora en el municipio, y en cuestión de minutos había un centenar de personas frente a la estación policial. Los comercios cerraron al ver que la situación se ponía tensa y empezaba la “lluvia” de piedras, lo que hizo que los oficiales que formaban un cordón humano en la entrada principal de la delegación se refugiaran dentro.
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